lunes, 29 de abril de 2013



Cuando se navega, sin Dios, sin patria y sin bandera, solo a merced del viento, la anarquía se apodera de los días.

Corsaria  en una época,  acabé por cansarme  de estar a merced de unos doblones, que desdibujaban mi horizonte entre una niebla espesa,  pero el sabio viento del norte despejó mis dudas, y me convirtió en pirata.


Soy pirata, de palabras,  pensamientos, sonrisas,  ideas,  sueños, melodías,  silencios,  besos, abrazos, pinceladas, caricias…., y miradas que rompen esquemas.

Navego en océanos de incertidumbre, plagados de fragatas que hunden vidas, a las que se les vendieron sueños hipotecando su futuro. Un mar infestado de tiburones que solo luchan por su supervivencia ignorando el resto, pero que se puede esperar de un tiburón, desde luego piedad no.

Esgrimo el filo afilado de mis palabras, sin otro afán que expresarlas y dejarlas a merced de la anarquía del viento.

Roja  (esa soy yo la pirata roja)